Hoy en día es difícil imaginarse ejecutando y terminando un PROYECTO si la ayuda del ordenador y sus potentes programas de DISEÑO. Sin embargo, por lo que respecta a la INSPIRACIÓN previa, me inclino más por PROVOCAR lo inesperado corriendo aventuras CREATIVAS lejos de la pantalla luminosa.
Hoy traigo un ejemplo de lo que hablo: se trata de unas pruebas que hice hace tiempo con unos rotuladores “mágicos” que compré a mi hija en una feria comercial. En el stand que los ofrecía un señor mayor hacía rayas de un color sobre un papel, las cuales transformaba en otro o hacía desaparecer con ayuda de otros rotuladores de la caja, para fascinación de los pequeños… y no tan pequeños.
En las imágenes adjuntas se pueden ver algunos de los resultados obtenidos tras varias sesiones cercanas al trance jugando con los mágicos utensilios. Con el ordenador, ahora sí, he creado un par de ESTAMPADOS inspirados en los bocetos y le he “probado” uno de ellos a una cantimplora.
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